
Insisto... la feria de la 16 de Julio en El Alto es mucha dosis. Este panda, que debió pertenecer a alguna infanta gringa y después de un periplo digno de Ulises, vino a parar a la urbe alteña. Y quién dice que no hay vida después de la muerte?
Porque hay muchas cosas y gente muy simples con cosas y sustantivos demasiado rimbombantes, demasiado exagerados, demasiado sobrantes, demasiado innecesarios. Demasiado taras.
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